EL IDEALISMO CONDUCE AL SUICIDIO.
Hace sólo un par de días me quise enfrascar en una discusión con un conocido acerca de las causas de suicidio entre los jóvenes. Todo esto surgió de que, al comentar respecto a los festejos del centenario de la Revolución, expresé que en realidad no teníamos nada que celebrar, nuestro país continúa con enormes desigualdades sociales, la ignorancia es el referente general cuando se trata de la cultura de nuestra población sin importar su estrato social, seguimos siendo racistas, clasistas y en general una nación que establece diferencias entre sus integrantes con cualquier mínimo pretexto. Y como si lo anterior no bastara toda esa sangre derramada a principios del siglo XX no había servido para la evolución del país sino simplemente como herramienta para un cambio de estafeta entre grupos de poder.
Derivado de éste comentario mi conocido y su esposa me argumentaban que mi obligación como adulto era no decir esas cosas a nuestros jóvenes y hablarles de lo mucho que teníamos que celebrar como nación porque debido a mensajes pesimistas como el mío el suicidio entre jóvenes desilusionados de la vida se estaba incrementando día a día, y por tanto yo de alguna manera podría ser uno de tantos responsables de ello, por mi actitud negativa.
Desafortunadamente debido a su negativa a seguir argumentando con un simple: “es algo en lo que no estaremos de acuerdo” no pude plantear mis ideas al respecto y esto me ha llevado a que no me quede con las ganas de hacerlo y lo plasme aquí, ya que pienso que, si bien el número de jóvenes desilusionados por la realidad que llegan al suicido ha aumentado dramáticamente creo que varias de las premisas que se plantean no sólo son erróneas sino que contribuyen, a la larga, a incrementar las cifras:
1. “El suicido entre los jóvenes, desilusionados por que el mundo no tiene remedio, se continúa incrementando día con día”. Aunque a primera vista ésta afirmación parece cierta e irrefutable creo que se desprende de una premisa falsa, ya que el hecho de pintarles simplemente una realidad color de rosa y brillante no hará que el mundo obscuro que habitamos sea mejor y, por el contrario, si sólo han crecido con esa falsa imagen del mundo, el día que el foco rosa se funde mostrándoles la realidad, es cuando se desencadena la desilusión absoluta que lleva al suicidio, por lo tanto, opino que no es mi actitud crítica la que lleva al suicidio a los jóvenes sino su ciego y fallido “optimismo” lo que lo provoca.
2. “El futuro que nos espera es mejor porque Dios nos quiere mucho”. Discúlpenme si los sacudo un poco y los hago caer de su nube, pero no hay ningún futuro esperándonos, no podemos vivir atorados en el pasado, el futuro no existe –lo vamos construyendo día a día-, y el presente, es eso: un regalo de Dios, no para que transitemos como zombies por el mundo, tomando lo que la vida nos va presentando, sino transformando nuestra realidad, trabajando todos los días con ahínco para obtener el futuro que queremos. En efecto Dios nos quiere, y por lo mismo nos ha dado la libertad de elección para optar por el camino a seguir todos los días y esforzarnos por crear una realidad mejor o continuar vegetando en nuestra zona de confort sólo quejándonos.
3. “Criticar lo que se ha hecho no lleva a nada”. En efecto, la sola crítica no nos trae ningún resultado, aparte de una enorme desilusión porque sólo vemos que la historia del hombre ha sido un continuo aprovecharse de sus semejantes, y que en éste mundo sólo sobrevive el más fuerte, no el más noble ni el más generoso. Sin embargo “aquel que no conoce y analiza su pasado está condenado a repetirlo” y por ende debemos conocer los hechos tal cual son, no con la actitud del que quiere demostrar que estamos condenados al fracaso porque antes hemos hecho mal las cosas, sino con la actitud del que puede enseñar que existen otras formas de actuar que nos llevarán a tener el mundo que queremos, en dónde, para empezar, yo actúo como considero correcto, respeto las leyes, no atropello al de al lado, ni trato de sacar la mayor ventaja posible en toda situación sin preocuparme por los que me rodean.
4. “El idealismo lleva al suicidio”. Aunque esto no lo expresaron así mis amigos, creo por lo que he visto en muchos círculos, que es una manera de pensar bastante difundida y quisiera expresar mi total desacuerdo con esa idea. Creo que el que se suicida, o actúa como muerto en vida no lo hace por ver frustrados sus ideales, sino porque deja de perseguirlos. Lo malo no es soñar, sino esperar que las cosas se den sin ningún esfuerzo, tener un mundo mejor no es una empresa de locos destinados al fracaso, todo lo contrario, no abandones tus ideales, son los que te dan el combustible para vivir todos los días y para esforzarte.
Tenemos que entender que la única manera de poner el Reino de Dios a nuestro alcance es haciendo lo que nos mando: “Amarle sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo” con todo tu corazón, con toda tu mente y con todo tu ser. Te vas a encontrar a muchos que busquen aprovecharse de tu actuar, que busquen sorprenderte y te arrebaten lo que has logrado con tu trabajo, que sólo sirvan como mensajeros del desencanto y la frustración, desafortunadamente es una constante todavía en el mundo que vivimos hoy, pero rendirte y dejarte llevar por la corriente sólo te conducirá a la irremediable y apabullante frustración del que no ve más que un pasado negro, un presente lleno de obstáculos y un futuro sin ningún sentido. Estás llamado a hacer cosas grandes, eres un gigante y un campeón que puede lograr vivir con plenitud haciendo aquello que avive las llamas de su alma porque está convencido de que está aprovechando sus talentos al máximo. Muchos te dirán que tu esfuerzo no está logrando hacer de éste mundo un lugar mejor, que lo que estás haciendo no es más que un esfuerzo aislado condenado a perderse en la marea de podredumbre que nos rodea, pero créeme que para alguien allá afuera, tu esfuerzo está representando algo, un ejemplo, un cambio súbito en su vida para bien, la convicción de que puede también hacer algo bueno, y eso, aunque no lo veas, debe ser suficiente para mantenerte en la brega; eso es lo que Jesucristo denominó FE y aunque te cueste trabajo creerlo, mientras la tengas, serás capaz de mover montañas.